lunes, 29 de agosto de 2011

Del recuerdo, 10. FINAL.

X

Sus cuerpos descansaron cogidos de la mano en el hermoso féretro marmóreo, que mostraba dos ángeles de aspecto neoclasicista cuyas alas se hundían en el suelo. Cada semana, Frederic depositaba dos rosas rojas y dos rosas blancas en la puerta del mausoleo como símbolo de amor, respeto y dolor hacia los eternos amantes, aquellos que lo dieron todo por permanecer juntos. Ya lo habían conseguido.

La ciudad continuaba paralelamente a la muerte de un amor tan puro que guardaba su esencia en una caja de mármol. Las hierbas enredaderas taparon poco a poco la entrada, y tan sólo los querubines exteriores miraban al mundo con la tristeza y el amor que jamás volverían, pues estaban ya en el lugar más seguro: la eternidad.


C'est fini

2 comentarios:

  1. ¡EM!
    ESTO ES UNA ORDEN. COGE PAPEL Y BOLI Y APUNTA: C O R R I G E.
    Del Recuerdo es maravilloso. Sencillamente maravilloso. Dioses, te echaba de menos, echaba de menos sentirme arropada por tus palabras, acunada por el murmullo de tus letras y de pronto me encuentro con esta maravilla... ¡Y TÚ TIENES LA DESFACHATEZ DE DECIR QUE NO ES GENIAL! ¡TE PEGO, EMILIA!
    Gracias, mil gracias por hacerme sentir tantas cosas con tan pocas palabras.
    Te quiero mucho, Escarcha.
    C.

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    1. No lo dudes, después de este ataque de locura literaria lo releeré con atención. No me des las gracias, soy yo quien te agradece de verdad el haber pasado otra vez por las raíces de este lugar sucio y polvoriento lleno de letras y hojas caídas. Espero que esto sirva para recordarnos a ambas quiénes somos y quiénes hemos sido. Yo también te quiero, Lechuza.

      Un frío beso,

      Emily

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