martes, 7 de abril de 2015

Regreso

Regreso, más sabia, del país del cristal nevado y las escarchadas sonrisas de leche. La niebla y las aguas me han susurrado secretos, las gentes han reavivado mi fuego, los verdes campos resplandecieron bajo el sol pálido de finales de marzo, y no pude sentirme más llena de vida. Olvidé, por un momento, cuanta oscuridad estrujaba mi corazón; olvidé que llevaba tiempo necesitando respirar las fragancias silvestres de la más pura libertad.

Lago Léman, desde Montreux, Suiza
Y en mi aventura, tras una semana conociendo las tierras que dieron lugar al fruto más sabroso, la primera aparición del sol tras intensos días nublados, lluviosos y gélidos me regaló una última respuesta: el color de sus ojos no es más que la sombra del oro melancólico del otoño sobre las aguas tranquilas del lago Léman. Su piel blanca nació de las escarpadas montañas nevadas que las nubes besan con afán de suavizar. Y la granadina, añado a este loco vórtice de pensamientos sobre la más hermosa flor de mi jardín, da sabor a su sangre, color a su boca, pudor a sus mejillas y un chute de adrenalina a mi total energía. El eco de los pájaros en los bosques salvajes cose la risa encerrada en sus medias lunas, y la madera clara se enreda y retuerce al enmarañar cada uno de los mechones que enredo entre mis dedos. Su cantar, mi anhelo; su amar, mi desenfreno. 

Miraba hacia las montañas que bordeaban la laguna; miraba hacia delante queriendo dejar de saber que a mis espaldas estaba la única: aliada del sol, hermana de la luna, ninfa de los bosques, diosa de la laguna.


2 comentarios:

  1. Realmente ha debido de ser un lugar maravilloso para inspirarte tan hermosas palabras, mi querida Emily.
    "Su cantar, mi anhelo; su amar, mi desenfreno." Tus texto emanan inspiración por todos lados.
    Un beso gigante
    Lena

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    1. Ciertamente lo ha sido, Lena, tan maravilloso que no quería regresar. Pero de no haberlo hecho, quién sabe si habría podido escribirlo y recibir así tus amables palabras. Como siempre, gracias.

      Un frío beso,

      Emily

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