jueves, 3 de mayo de 2012

Ojos que no ven

Lisel mira fijamente por la ventana cómo el mar enfurecido bate contra las rocas de la costa alemana. Sus aguas tormentosas le recuerdan aquellos ojos de puro ámbar líquido contenido en pequeñas esferas oculares. La luna menguante le recuerda la sonrisa más bonita y más perfecta que nadie ha dibujado en la historia, blanca, sincera, enorme, espontánea. Y sólo suya.

Se retiró los cabellos ondulados que caían sobre su hombro y se sentó al borde de la cama. Habían pasado ya más de cinco años, y lo que habían sido niñerías bordaban ahora deliciosos recuerdos de un primer amor jamás olvidado o sustituído. Él era, simplemente, perfecto para ella.

Yared Stern no tenía el pelo rubio, pero tampoco castaño. Era dorado como el trigo en verano y discreto como la tierra seca en invierno. Su piel pálida cubría un cuerpo fibroso y algo flacucho, pero hermoso y simétricamente perfecto. Y sus ojos, ¡oh, sus ojos! En sus ojos nadaría Lisel si fuese posible. De sus  ojos bebería la miel más dulce y sacaría el mejor aceite. Además, eran tan expresivos, que nunca necesitaba dar explicaciones. Sus cabellos revoltosos se arremolinaban de mil formas, imposibles de describir. La última vez que se vieron, seguía teniendo al cuello, aunque escondida, aquella estrella de David hecha de plata que Lisel le había comprado en su viaje a Londres. 

Se dejó caer sobre la cama. Apenas tenían quince años, pero Yared lo había sido todo para ella, y ahora nadie podía llenar el vacío que había dejado su sonrisa de niño. Con la llegada de Hitler al poder, el padre de Yared había conseguido huír con su familia de Alemania, llevándose con él al único ángel que Lisel conocía. Todas las noches rezaba por recibir una carta suya, al menos una noticia, pero después de tanto tiempo apenas guardaba la esperanza de que esto ocurriese. Suspiró. 

-¿Quién te habrá dicho lo hermosa que es tu sonrisa durante todo este tiempo?-Se preguntaba ella- ¿Has regalado a otra lo que me prometiste entonces?

Antes de quedarse dormida, rezó porque el dios de Yared pudiese oírla pensar muy fuerte en lo mucho que deseaba que estuviese vivo. Aunque no fuese a su lado, deseaba su felicidad igualmente y, de algún modo, sabría que es feliz sin necesidad de verle.


2 comentarios:

  1. OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH<33 Pero qué bonito T^T Qué trágicamente romántico<3 Cuando leí lo de la estrella de David ya me imaginaba que aparecería Hittler por ahí...
    Yo creo que Hittler pilló a su familia y los mató. Y el último pensamiento de Yared fue Lisel<3 Aish, sería tan bonito TT^TT

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    1. Vas bien encaminada, tanto en lo que Hittler hizo como en el último pensamiento de Yared. Pero nunca lo sabremos con certeza :3

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