sábado, 6 de septiembre de 2014

Y

Y te atreverás a decir que eres mi musa, cuando en todos mis diccionarios junto a esta definición hay un pequeño retrato tuyo pintado a pluma y carbón. 

Y volverás a negar que mis labios sean sinceros, cuando su brillo iluminó tus sombras la primera noche del nuevo otoño.

Y esto se repetirá quién sabe cuantas veces, pero sean cuantas sean mis letras siempre se escribirán a golpes melódicos de la voz que es el viento entre los árboles, impregnadas del aroma de nuestras flores particulares.

Y no hay comas, ni puntos, ni párrafos aparte. Sólo un largo camino de recorrido inolvidable.

Siempre Otoño.

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