sábado, 16 de mayo de 2015

Canto a Deméter

Diosa,
refleja tus lágrimas
en las aguas corrientes.
Recógelas en un cántaro
argénteo,
y enjuga tus mejillas,
hermosas, con el divino peplo
que el propio Zeus te regaló.

Diosa,
dale un respiro a tus pies,
que cese el llanto recluido en tu pecho
cuando el sueño reparador acoja
tu corazón.
Sonríe a Iambe, dulce y obscena,
y recuerda a tu amada hija,
la desaparecida Prosérpina.

Diosa,
dorarás de nuevo el maíz
cuando tu retoño esté contigo,
cuando el frío invierno de tu ánimo
sea olvido.
Regresará tu niña, la de piel palidecida,
subirá desde el oscuro Inframundo
y la luz la envolverá.

Diosa,
no habrá para ti alegría más grande,
ni en tus ojos un brillo tan claro
como el que nacerá cuando Perséfone vuelva
a bailar.
No te angusties cuando esté lejos
ni pienses en abrazarla por la eternidad,
no desees luz en la oscuridad.

Diosa,
mantén la calma en los meses de hastío,
recuerda el color de sus ojos de dulce rosa azul.
Tu odio se clava en el corazón del mortífero
Hades,
que tus lágrimas formen ríos
que conduzcan tus penas
al canoso mar.

Diosa,
¡oh, diosa!
Contempla tus penas
naufragar.
Deja que en la eternidad
el éter te eleve,
no vuelvas por tu niña a
llorar.

2 comentarios:

  1. Di griego un par de años en el instituto, y la verdad es que me marcó. Mi profesor nos mostró la belleza de la mitologia y gracias al él me empecé a interesar por ella. Sus historias marcan.
    Gracias por recordarme hoy lo hermosa que puede llegar a ser con tu precioso poema.
    Un beso
    Lena

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    Respuestas
    1. Ay, mi Lena, cuánto me gusta que el griego te haya marcado. Las lenguas clásicas son océanos de infinita sabiduría, te lo prometo. Me alegra haberte evocado recuerdos felices.

      Un frío beso,

      Emily

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