martes, 23 de junio de 2015

Combustión espontánea

Un día nos rompimos juntas y el resultado fue esta combustión espontánea. Mi Chesire Cat es en realidad la Vitamina C de las buenas letras. Somos Alfa y Omega, somos Fuego y Hielo. Gracias por lanzarte conmigo a esta aventura tan improvisada. 
Nyx



COMBUSTIÓN ESPONTÁNEA


Vas a saber lo que es el fuego. El que escribes, no el que observas arder.
Sé lo que es el fuego. Yo soy el fuego.
El fuego se puede abrasar. Y el hielo también quema.
Pues a quemarse se ha dicho.
El fuego arderá en el invierno más frío de todos. Y entonces nacerá la poesía, la de verdad, la que no se escribe.
La que se prende en un susurro y arde eternamente.
La que arrasa bosques y ciudades pero calienta los corazones y abrasa la piel.
Un fuego silencioso que te deja lleno de cenizas el alma.
Un fuego que no deja de arder aunque se lo proponga.
No puede. Su propia existencia aviva su llama. El mundo es su propia hoguera.
No puede porque no quiere, porque desea arder hasta el fin de los tiempos.
Y abrasar al mundo entero con sus dedos ígneos.
Y engendrar las llamas del averno en sus cavernosas intimidades.
Y dar a luz al volcán que devore la montaña, la vida, la luz.
Y la luz se ahogará en la oscuridad que el fuego no puede combatir, no por debilidad, sino por ser devota de sus secretos.
Y el fuego, en silencio, habrá dejado que la oscuridad lo consuma todo, preso de su encanto melancólico.
Y no se extinguirá aunque vea morir a sus hijos. No se extinguirá, será consumido por su amada oscuridad.
Lenta, inexorablemente, en un beso sin retorno.
Rápida, violentamente, en una tormenta de sexo divino que alimente el alma y la pudra a partes iguales.
Hasta que quede reducida en simples cenizas.
Hasta que nadie la recuerde y la noche sea infinita.
Hasta que las estrellas mueran y la noche quede en silencio.
Hasta que el propio silencio llegue a su fin, y con él tu alma, mi alma, todas las almas.
Y el mundo calle en su propia vergüenza.
Y la vergüenza se asfixie en las lágrimas de la madre fuego.
Porque por encima del silencio, del llanto, de la muerte, es lo único que quedará: el fuego, las llamas, las cenizas.
Y las cenizas nos sepultarán en la tristeza del mundo acabado, y no habrá compasión. Sólo un silencio infinito.
¿Para qué? La muerte no necesita compasión.
La muerte no necesita nada salvo la vida.
Y la vida solo busca morir.

2 comentarios:

  1. Qué pasada, en serio. Cosas como estas son las que demuestran todo tu potencial Em, quiero que nos hagas un favor a todos y nunca dejes de escribir. Me ha gustado muchísimo. Gracias por regalarnos relatos como estos y muchas cosas otras cosas.
    "Y el mundo calle en su propia vergüenza.
    Y la vergüenza se asfixie en las lágrimas de la madre fuego." Sublime.

    Abrazos,

    Epo.

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    Respuestas
    1. Mi querido Epo:

      Prometo no dejar nunca de escribir, no mientras haya lectores tan agradecidos y queridos por mí como tú. Mil gracias por tus amables palabras, de verdad, gracias por ser siempre tan amable con tus comentarios.

      Un frío beso,

      Emily

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