Una vez tiempo ha
existió una mujer
que simiente plantó
en su verde vergel.
De la tierra brotó
un gran sueño azul,
de tallo juguetón
y caricia de tul,
muy dulce aroma
en su nombre común.
Y torcido creció
en el verde jardín
con palabras de amor
y una fuerte raíz.
Cada vez más allá
el gran sueño partió
y se hizo la luz
del último albor.
De la pobre mujer
apagó el corazón,
una tarde de abril
a su sueño siguió.
Nada quiso más
que saber su por qué,
no soñó nunca más
desde el atardecer.
Gran sueño azul
fruto azul del albor,
no me abandones tú,
por favor, a mí no.
el gran sueño partió
y se hizo la luz
del último albor.
De la pobre mujer
apagó el corazón,
una tarde de abril
a su sueño siguió.
Nada quiso más
que saber su por qué,
no soñó nunca más
desde el atardecer.
Gran sueño azul
fruto azul del albor,
no me abandones tú,
por favor, a mí no.
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