Es lluvia.
Gotas, lágrimas que retumban contra la cueva de hueso, la voz es la lluvia y el ruido es intenso,
es un beso, es el único resto que queda en tu alma, en tu hueco vacío, y en el centro un anexo
que dice, que grita, que llora, que llueve y llueve y salpica las duras palabras con las que vas a morir.
Es la voz y el último suspiro.
Uno cada día, solo eso.
Otro día de invierno y vuelve a empezar.
es un beso, es el único resto que queda en tu alma, en tu hueco vacío, y en el centro un anexo
que dice, que grita, que llora, que llueve y llueve y salpica las duras palabras con las que vas a morir.
Es la voz y el último suspiro.
Uno cada día, solo eso.
Otro día de invierno y vuelve a empezar.
Tengo que leer tus textos varias veces para entenderlos bien, pero no te lo digo como algo malo, más bien justo al revés: tienen muchos niveles y hay que saber leer entre líneas y con una sola lectura no capto todo, y quiero captarlo, aunque seguro que se me siguen escapando cosas.
ResponderEliminarTe digo lo que pienso, aunque quizás me equivoque: me parece una definición preciosa de los latidos de un corazón (veo "la cueva de hueso" como las costillas, la lluvia como el torrente sanguíneo, y los ritmos constantes y la rima interna y preciosa de este poema en prosa una especie de bombeo constante que imita las pulsaciones). También me parece un corazón al que le cuesta mucho latir: una vez al día para mantenerse vivo hasta el siguiente día de invierno (qué duro siempre el invierno), que volverá a latir.
Me recuerda mucho a estar deprimido. Y me encanta.
Perdona si he acertado un total de 0% con lo que tú querías decir. Y por favor, POR FAVOR, no dejes nunca de apretar teclas.