miércoles, 20 de febrero de 2013

Resultado final de #LaEspinaDeLaRosa

Pasados unos días de reflexión sobre los relatos y poemas participantes del primer concurso de Emily Broken Rose: La Espina de la Rosa, anunciaré hoy a los ganadores y comenzaré con la entrega de premios (al menos, los no materiales). 


En la prueba de verso, con unas profundas palabras y una pluma que no escribe, sino que baila sobre el pergamino, Korvinian Rottszce se lleva el primer premio La Espina De La Rosa en esta modalidad. Su composición, Lamento Inconcluso, me encandiló desde la primera letra:

LAMENTO INCONCLUSO


Son cadenas de libertad
las rosas que teñimos con lágrimas por lo perdido,
la luz que, apagada, teme perder su eterno brillo.
El cristal que aleja de mi sonrisa tu dulce suspiro
y el sempiterno camino en que mi voz busca cobijo
son los sueños que se van,
Es la vida que perdí…

Por otra parte, presentó como segunda poesía Requiem, la cual deberéis leer pinchando en el enlace o pasándoos por su blog -http://www.korvinian.com/ -. Como ya habréis comprobado, a la derecha de este blog se encuentra ya la pestaña de acceso a El cuervo y la Rosa, pero la publicidad que pienso hacer a este magnífico cuervo poeta no se limita a esto. Enhorabuena, Korvinian, espero verte de nuevo en el próximo certamen de La Espina De La Rosa.


En la prueba de prosa, la competencia ha sido realmente brutal. A pesar de la escasez de participantes, tanto la calidad de los textos como la fidelidad de los personajes y la trama me han impedido decantarme por uno o por otro, por lo que he decidido hacer una pequeña excepción. Me explico:

El ganador oficial, por una mínima diferencia que consiste en que se arriesgó con el tema elegido, es Hopingthereality Escritor. En breves procederé a incluir un enlace a su blog junto al de Korvinian, y pondré todos mis esfuerzos por dar publicidad a uno de los mejores blogs que hay por aquí: http://hopingthereality.blogspot.com.es/ - y el cual sin duda deberíais visitar. A su temprana edad, ya me ha maravillado por su corrección y la inocente aunque profunda sinceridad de sus reflexiones. Su relato, Escalofríos, sólo puede ser calificado de osado y valiente al atreverse a redactar el que sería el final de los relatos de las Hijas de Perséfone. Ese es el punto que le ayudó a salir del empate, y que realmente me asombró. 

No obstante, como ya he dicho, debo hacer una pequeña excepción en cuanto a concesión de premios se refiere. La otra finalista de la modalidad de prosa, se quedó a las puertas por el mínimo detalle ya mencionado. Clavecinista Oscura, como algunos la conocemos, no está en el mundillo blogger, y participó realmente por motivos personales. Sin embargo, y una vez comprobada su calidad literaria y su despliegue de imaginación, no podía quedarme de brazos cruzados. Cierto es que el premio oficial se lo lleva Hopingthereality Escritor, pero Clavecinista no se quedará con las manos vacías, no puedo permitirlo. Así que no te desanimes, querida Clavecinista, también habrá premio para ti, y mucha suerte en el próximo certamen de La Espina de La Rosa. Ahora, os dejo con el relato ganador, Escalofríos, no sin antes dar de nuevo la enhorabuena a los ganadores y a daros las gracias a todos los participantes y a los que promocionasteis el concurso. Volveremos a vernos cuando el blog sume 20.000 visitas (risas). ¡Gracias!

Emily Broken Rose


ESCALOFRÍOS:

La noche eterna se avecinaba. Érebo se alzaba, triunfante, en la más alta montaña más allá de la bruma de aquel bosque invernal, azotado por fuertes remolinos que arrancaban los milenarios árboles. Sus habitantes huían de allí, más asustados que nunca, con las lágrimas brotando de sus ojos.

Y el bosque se sumió en la más fría y silenciosa estación, de la que nunca iba a salir. Érebo y Hades se habían salido con la suya. Se miraron a los ojos, contemplaron el paisaje, roto por la discordia y la destrucción que sus poderes habían sido capaces de provocar. Los dioses y semidioses que habían perdido su hogar rabiaban de ira, pero sabían que era inútil luchar contra Hades si estaban en su entorno y si carecían del poder de las hijas de Perséfone.

Los días pasaban, todo era demasiado frío y nada ni nadie parecía lo suficientemente dispuesto para osar a cambiar la situación. Ocurrió más tarde, cuando la esperanza se reducía a simples halos de vaho producidos por la respiración, la salida inesperada de Poseidón, dios de los mares, al que nadie esperaba ver por allí. Poseidón, rojo de enfurecimiento, se acerco hasta Hades y con voz temible, rugió:

-¿Cómo te has atrevido a truncar de esta manera el hábitat de toda la región?

-Ahora no tienes poder aquí, Poseidón. Regresa a tus tierras, no quieras un enfrentamiento entre nosotros.

-En eso te equivocas, astuto Hades. Recuerda que el hielo es simplemente agua congelada. Mi elemento. Ante esto, Hades enmudeció de pronto, sus palabras se helaron.-Mi condena va a ser justa.-Dicho lo cual, se volvió hacia toda la población y gritó: -¡Érebo ha incumplido su fidelidad con Nyx!

Muerto de vergüenza, suplicó que no continuara, pero Poseidón hizo caso omiso ante su ruego y continuó con su retahíla de palabras acusadoras. Érebo se rindió, y preso de la vergüenza, huyó entre las brumas, y corrió cuanto sus piernas esbeltas le permitieron hasta donde la vista de cualquiera alcanzaba.

Sabía con certeza que poco tardarían en hallar su tembloroso cuerpo gracias a los poderes de Atenea, diosa de la sabiduría. Y así fue, no pasaron apenas los minutos cuando una gran masa de hombres y mujeres, presidida por Nyx, que mascullaba palabras ininteligibles y mantenía una mirada acusadora a Érebo.

-¿Cómo osaste?-amenazó Nyx, quien se iba acercando paulatinamente hasta el refugio improvisado en el que quería ocultarse el hombre.- ¡No sólo me has sido infiel, sino que, para más inri, ha sido con una vulgar mortal! ¡Esto es imperdonable! ¿Es que acaso no eras lo suficientemente feliz conmigo?-suavizó su voz.- Érebo, tú eras mi vida, te regalé todo. ¿Qué pasó? ¿Cómo pudiste?

Érebo se sintió débil, flácido. Sintió como todo su alrededor se desmoronaba ante sus ojos, como toda una vida de amor dedicado se rompía por su culpa. Roto de dolor, se arrodilló ante Nyx, murmurando palabras inconexas que apenas llegaban a escucharse por el llanto que le destrozaba. Ella se mantuvo firme, sabía que jamás sería capaz de perdonar tan humillante acto al hombre que tanto amaba.

Vio cómo se marchaba Nyx, su Nyx. Él, avergonzado como nunca antes lo había estado, miró a Poseidón, que reía con desgana.

Pasaron los días, que ya no tenían sentido alguno para Érebo. Contemplaba cómo la gente iba y venía, mientras sombras y sombras se iban amasando poco a poco en torno a él. No sabía ya dónde estaba el sol, dónde la luna, dónde su amada.

Y cuando creyó que nada más podía hacer, Yeline, la mujer con la que había engañado a Nyx, apareció, engalanada con sus más preciadas joyas.

-Tengo que darte una noticia-titubeó, insegura.

-Dila, por favor-Érebo ni siquiera la miró a los ojos.

-En mi vientre crece nuestro hijo-confesó.

Érebo abrió sus ojos como platos, terriblemente asustado.

-¿Qué?-chilló, esperando que todo aquello fuera un simple y oscuro sueño.

-Me has oído. ¿Qué vamos a hacer?

Poseidón irrumpió, pisando fuerte con su tridente, en el cobertizo de Érebo.

-Mi castigo continúa. La noche eterna se irá, pero, a cambio, ese niño que está gestando Yeline no será ni dios, ni semidiós. Simplemente será un mortal, muy oscuro: él guardará la noche eterna, y sobre él descansarán las almas de las hijas de Perséfone, que volverán a sus trabajos junto con la destrucción del maleficio que tú y Hades habéis impuesto sobre esta región.

-¿Me estás diciendo que un hijo mío, de Érebo, dios de la oscuridad y de las sombras, no será dios como su progenitor, y ni siquiera semidiós por la condición de su madre?-repitió Érebo.

-Así lo digo, y así acontecerá.

La venida de su hijo fue unos meses más tarde. Yeline, exhausta, mantenía a su hijo, de nombre Umbras, entre sus manos, mientras éste intentaba zafarse de ella. Cuando lo consiguió, Umbras huyó lejos, entre las montañas, entre la bruma. Jamás volvieron a saber de él, pero cada noche, un escalofrío recorría la espalda de Érebo, oía un nítido gruñido extraño en sus oídos y le atemorizaba la idea de que Umbras tuviera algún poder y destruyera, de nuevo, la región, sumiéndola en otra noche eterna.  

1 comentario:

  1. Asdlkfjsljas. *______*

    Me siento terriblemente halagado con tus palabras. Mil y una gracias por tantas palabras dedicadas, y, si nada me lo impide, -que espero que nada suceda- nos veremos en el siguiente certamen de La Espina de la Rosa. Me sentiré enormemente feliz de participar.

    Muchísimas gracias de nuevo y muchos besos. :3

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