Mientras la bruja reza y se sacrifica
por mantener el equilibrio y cuidar de cada una de las partes,
el vampiro drena su sangre
y el licántropo devora su corazón.
Pero el amor la tiene tan anestesiada que no es
hasta que su ángel lo escribe con lágrimas
que la bruja quiere morir
y se deja llevar por los demonios de su fuero interno.
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