sábado, 21 de julio de 2018

De boca en boca

Sucedió en una blanca, blanca, blanca tarde de invierno, cuando nadie, ni tú ni yo, estaba pendiente del viento. Sucedió donde la piedra es negra y gris y donde los árboles no son más que un alfil. Sucedió sin llamar la atención, en el blanco, blanco, blanco silencio, con el reloj en la hora exacta y en sus mientes un dulce arrullar.

Fue la mano de un dios, dijeron unos, alegaron otros que fue la ira del mar; mas fuera quien fuese simplemente sucedió, todo pasó demasiado rápido en el olvidado pueblo, pues fuera quien fuese lo hizo sin siquiera rechistar.

Y aun sin saber qué, cómo, quién o cuándo, el boca a boca surge en forma de cruel espiral, era el invierno, era el silencio, era la luna: blanca, blanca, blanca fue la muerte; blanca, blanca, blanca la nieve al crepitar.

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