miércoles, 21 de diciembre de 2011

Mors ultima linea rerum non est

Con delicadeza cogí la flor que me tendías, aún a sabiendas de que no significaba lo que a mí me hubiese gustado. Sonreías mientras la olisqueaba delicadamente. Olía deliciosamente bien. ¿Es así como huelen tus sueños? Nos poníamos las ropas de papá y mamá para sentirnos mayores y regresar al pasado. Los coches eran carruajes tirados por caballos que sólo tú y yo veíamos, las casas eran de colores alegres y sus ventanas estaban adornadas con macetas plagadas de flores. Palabras como política, guerra, dolor, sufrimiento, mal... no significaban absolutamente nada para nosotros. Éramos felices.

¿Recuerdas cuando, al coger la rosa, me pinché y mis dedos comenzaron a llorar sangre? Tu sonrisa desapareció, y la mía hizo acto de presencia. 

-Está caliente- Dije lamiendo mi herida. Me cogiste de la mano y corrimos por el sendero.

Por aquel entonces no sabíamos que todo acabaría, no sabíamos nada de nada. Sin embargo, nos sentíamos completos. El mínimo detalle nos hacía felices, nuestra risa desbordaba nuestros labios a todas horas. Ahora tú ya no sonríes. Has crecido mucho, tanto que las ropas de tu padre te sientan como un guante.Ya no compras más flores que aquellas tan oscuras que dejaste sobre la nieve el último cuatro de Noviembre. Parecías enfadado, ¿acaso ya no me quieres? Porque yo, desde este lugar tan frío, sigo amando a aquel niño inocente que creó un mundo entero para mí. Puedo oler las rosas tristes que hay sobre mi lápida, siguen oliendo como entonces. Pero ya no recuerdo cómo era sangrar. Tampoco recuerdo cómo hablar, cómo correr o saltar, ni siquiera recuerdo cómo respirar. ¿Puedes decirme qué ocurre? ¡Quién sabe cuánto me estoy perdiendo aquí tan quieta y pálida! Hace ya seis años que trato de comunicarme contigo, pero no puedes oírme. Cierra los ojos, que tu corazón escuche al mío, aunque haya parado de latir. Sigo aquí. Quizá no como antes, lo sé, mas ahora puedo seguirte allá a donde vayas y cuidar de ti. ¿Vendrás a buscarme algún día?

Copyright Kim Anderson

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