sábado, 2 de mayo de 2015

Viandantes

Una vez nos encontramos en este camino. Ella llevaba un vestido brillante, oscuro, pero brillante, en total contraste con mi gabardina de incógnito. El cielo estaba casi tan nublado como sus ojos, y la lluvia lo mojaba todo, creando la ilusión óptica que nos hizo creer que se trataba de un camino de cristal y diamante. Todo el mundo sabía el nombre de la señorita del cabello alborotado, muchos la amaban, muchos la odiaban, yo me limité a observar en la guarida de mi anonimato cómo se convertía en la reina y cómo la destronaban. Me indignó, y sufrí. Desapareció, y el frío me atravesó el pecho como la lanza de un aqueo. 

Pasaron días hasta que el cielo se volvió a encapotar. Sólo entonces volví a verla, con su vestido hecho jirones y sus iris convertidos en tormenta funesta. Y me habló. Y pude oír su voz rota, el ruido del metal contra el cristal,  la sinfonía del caos, los gritos de desesperación. Su cuerpo, bajo el vestido, estaba cubierto por viejas cicatrices de guerra. Su cuerpo, por dentro y por fuera, era el mismísimo campo de batalla.

En algún momento desde entonces me dejó acompañarla durante breves tramos del camino. De vez en cuando, me sonreía. A veces, incluso alababa mi ingenio. Mi vestido poco a poco empezó a brillar, pero jamás resplandecería tanto como el que ella llevaba en nuestro primer encuentro. De vez en cuando, corría a mis brazos, asustada por sus propios monstruos, vertiendo lágrimas de sangre que asustaban a todos cuantos la veían. Yo sólo quería abrazarla, que la sangre es sólo sangre, pero el dolor es infinito.

Sé que en algún momento todo cesará. Sé que los monstruos, la sangre, el pánico desaparecerá. Sé que todavía habrá mucho más sufrimiento hasta entonces. Pero también sé que no me espantará. Sus heridas no son más que historias contadas por su dura realidad, y con el tiempo todo se arreglará.

Una gran historia conlleva un gran esfuerzo. Y la tuya será grande, Cristal

6 comentarios:

  1. Eres la rosa más bonita, dulce y fascinante de todas. Una de esas flores preciosas que solo se encuentran una vez en la vida. Y cómo me alegro de haberte encontrado.
    Te quiero mucho, Em, y espero que estés cuando el sol vuelva a brillar.

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    1. En los senderos se encuentran muchas cosas, cielo. Yo encontré un cristal de ojos tormentosos, y tú una rosa perdida y alejada del mundo. Ambas tuvimos mucha suerte, para qué negarlo, y no dudes que estaré ahí para que el sol nos broncee. Yo también te quiero mucho, cielo.

      Un frío beso,

      Emily

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  2. Una historia desgarradora, pero realmente preciosa, de esas que se recuerdan en un rinconcito especial del corazón. Tus historias cada vez ocupan un lugar más grande en el mio, y eso, me encanta.
    Un beso enorme
    Lena

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    1. Una historia ciertamente real, querida Lena, y mucho más digna de recordar si te ha conquistado. Tú también ocupas un lugar grande en mi corazón, y espero que cada vez sea más grande.

      Un frío beso,

      Emily

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  3. Me tienes más que adicta. Ya puedes escribir cuatro frases en un trozo de pañuelo con mocos, que las atesoraré entre pulmón y pulmón cual anillo de diamante.

    Un abrazo salado,

    La dama oceánica, 海♡

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    1. Las adicciones traen felicidad, y si es así espero que nunca te sometas a un proceso de desintoxicación. Y te aseguro que yo atesoro cuanto me dices y comentas, querida Sam.

      Un frío beso,

      Emily

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