viernes, 24 de abril de 2020

23. Bocado suculento

Blando entre las manos,
tan pequeño y suave
como un melocotón
maduro,
dulce,
y el jugo te ensucia
y se pega y mancha
los dedos,
desaparece en la lengua
sonríes, triunfante.
Espeso néctar de corazón
palpitante.

A los dientes, no obstante,
la carne es fibrosa,
la lengua protesta
al sentir, entre óxido y
latón el latido,
pum-pum, pum-pum.
Inquietante
sabor a sangre en
los dedos, en las manos,
blando duro tierno
metálico
m e t a l i z a n t e.

Melocotón que nace
en el pecho,
tan cálido, aterciopelado,
es un hecho,
voy a devorarte.

1 comentario:

  1. Uuy qué vampírica te has puesto con este texto, compañera. Y qué sensual también. O a lo mejor no y es cosa mía, pero creo que evocas cierto erotismo con este poema (el tema de "blando duro tierno", de llamar "melocotón" al corazón, el "voy a devorarte" al final uuyuyUY, y ese jugo pegajoso que mancha los dedos OYOYOYOY).
    Empiezo a parecer una señora cincuentona insatisfecha con su vida sexual, o una fan muy loca de Edward Cullen, así que me voy a ir antes de hacer más el patético en público.

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