martes, 28 de abril de 2020

27. Algas en las grebas

Los ojos atrás, hacia la explanada,
y el miedo convirtió sus brazos
en alas de pájaro, su piel escamas
de pez dorado.

Y si alguna batalla queda en piedra
cincelada que sea esta, a saber,
la del príncipe cobarde en fuga
hacia las aguas, menuda insensatez.

Que de él aprendan sus majestades
a persistir por causas nobles,
a morir en la gloria del combate.

Y que sepan en pueblos y ciudades
que el príncipe es tritón de cola doble
y se oculta de todos tras las tempestades.

1 comentario:

  1. Es... precioso, y te voy a contar por qué: primero, me encanta el soneto libre que has hecho (lo vi, AL FINAL LO VI), creo que le da mucho ritmo al texto y que ayuda a contar la historia y presentar al personaje. Y segundo, no puedo evitar querer a este guerrero, a este príncipe. A lo mejor me afecta que esté con Claro de Luna de fondo pero bueno, me da un poco de pena ver que incluso siendo tritón sigue ocultándose, que le da vergüenza haber huido y miedo que le reconozcan como el insensato que no luchó, que le señalen el deshonor y la cobardía. ¿Pero acaso no es legítimo huir de ciertas luchas? Incluso si al final mueres en la huida, ¿no es mejor intentar salvarse si la lucha está perdida, o si no estamos llamados para ella?
    En fin, no lo sé, me pongo sensible y me parece precioso. Más pequeñas historias como éstas en mi vida, por favor, sobre todo si las escribes tú.

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