viernes, 1 de mayo de 2020

30. Al caer la noche

Dime, Artemidoro,
¿hasta dónde hemos llegado?
Treinta días ya escurridos
del tedioso calendario.
Éramos sueño
y como sueño nos vamos
de vuelta al lado oscuro del sol.

Artemidoro, dime
quién nos estará esperando
cuando la arena termine
su precipitado salto.
Infinita noche
nos espera allá donde
regresamos, al silencio y al tizón.

Cuéntame, Artemidoro,
¿cuánto hemos aprendido, amigo,
y cuánto nos ha impactado
que ya haya terminado?
Decimos adiós
a la poesía y al mármol,
al mar y al juego decimos adiós.

Mi querido Artemidoro,
cuántas voces habremos oído
en el extraño periplo
del terrible año.
Hoy anochece, amigo,
anochece y vuelve Hipno:
los dioses perdonen al día maldito.
Hoy anochece, amapola,
siempre fue nuestro destino:
nadie olvide cuanto ha sido escrito.

1 comentario:

  1. Ayyyy quE ME HE PUESTO TRISTE Y MOÑAS. Es un final precioso para tu escapril, lo vuelve completamente redondo con respecto al primer texto y además reflexionas sobre si este mes, que ha pasado tan lento y a la vez tan rápido, tan suspendido en el tiempo con todo el tema del encierro y el trabajo diario de escribir, junto a tantos otros; ha existido de veras, si acaso lo hemos soñado, qué interpretación y enseñanza podemos sacar de cada uno de los textos-sueño que hemos tenido. Cómo hemos cambiado.
    Precioso, de verdad, me he emocionado. Me parece que además a nivel de métrica y demás está muy bien, y no puedo alegrarme más de haber compartido contigo este mes de abril poema tras poema, comentario tras comentario, día tras día. Eres una grandísima escritora, nunca lo dudes, y me siento muy afortunada no sólo por poder leerte cada vez que subes algo por aquí o me mandas algo en privado, si no precisamente de que exista esa posibilidad de privacidad y amistad entre nosotras.
    No dejes de escribir nunca, aunque a veces se haga cuesta arriba entre síndromes de impostor, ausencia de lectores y panorama literario. Tienes mucho que decir, y tienes formas estupendas de decirlo. Y cuenta conmigo para dejarte más comentarios de mil palabras en tu blog y por guasap: no soy Artemidoro, pero siempre estoy dispuesta a decirte lo que interpreto de tus textos.
    Gracias, compañera, camarada, faraona.

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