Soltar lastre en mar abierto
sin parar,
sin pensar,
Librarse de las ataduras
y sobre el pecho desierto
echar a volar.
Y cuando todos los pueblos
sean ruinas,
esqueletos
de arcilla, piedra y cristal
habrá entonces silencio
y nada más.
Romper cadenas de hierro
y correr,
y vencer,
desear un páramo solitario,
que se detengan el tiempo
y el caminar.
Buscando mundos serenos
y en paz,
con verdad,
topaste de bruces con amargo
enemigo, tan viejo y altivo:
la soledad.
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