viernes, 2 de abril de 2021

2. Cénit

Bajo los pies

la arena que forma el camino,

la ausencia de voz y de ritmo,

calma al pie de la montaña

y la piel del revés.


Un paso más

y se abre, inmenso, el cielo.

Se vuelve escarpado y estrecho

el sendero, primera y última puerta

al Más Allá.


Retroceder

es caer al más profundo abismo,

flotar de nuevo en lago cristalino

y nadar en una honda alberca

hasta perecer.


Si has de seguir

te devorarán antiguos miedos

cantados por juglares, por aedos,

que te asaetan desde las almenas

de roca y marfil.


Al retornar

cientos son los deseos, los sueños,

que resuenan contra las aguas, perros

quejumbrosos de la vieja aldea

no dejan de aullar.


La exacta mitad

de un trayecto infinito, maldito,

entre los pulmones bien hendido,

más castigo que honorable tarea:

piernas, por favor, aguantad.


No pienso rendirme ahora,

a la luna voy a destronar.

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