martes, 6 de abril de 2021
6. Demasiado silencio
5. Memento vixisse
Esto es lo que recuerdo:
el susurro húmedo de la hierba
entre mis dedos descalzos,
la brisa helada que blanquea
cada brizna y cada tallo,
el sol que ya no calienta
gobernando, tan lejos, el azul.
Recuerdo la risa, malvada,
mi piel abierta en el asfalto,
la mancha de sangre en la roca,
por el camino perder lazos
y hacer trapos, desvergonzadas,
con lino, franela o suavísimo tul.
En mi mente las alegres danzas,
espantar sin temor a los trasgos,
fuimos ninfas, brujas, elfas y hadas
felices sin abandonar el condado.
La memoria se me antoja,
sin tu nombre en los labios,
una extraña virtud:
he olvidado tu olor y tu cara,
tu risa y también tus manos,
mas el eco de aquellas mañanas
y la voz del viento en la arena
son constante runrún.
4. Fui, sum, ero
Sombra entre sombras,
cortina raída,
barniz oxidado frustración del pintor.
Retrato sin cara,
vanidad diluída,
marqués demacrado con gran desazón.
Quejido en el aire,
llanto olvidado del día de ayer.
Soy un fantasma,
solo masa de plasma,
no quedan ojos que me puedan ver.
Y cuando mis tablas,
carne descolorida,
escena lacada de apagada raíz,
se queden en nada,
cenizas, en mis manos trizas,
seré blanco olvido más allá del nadir.
sábado, 3 de abril de 2021
3. Cerámica del siglo VI a.C.
Quiero ser como Pandora.
Abrirme las solapas del pecho
y dejar aflorar las sensaciones,
los pensamientos,
que se escapen los acordes
de este instrumento maltrecho
y se llene el silencio
de mariposas.
Quiero quedarme vacía
y librar Troya de soldados griegos,
prender fuego a todo Versalles,
y ser de 1917 invierno.
Hacer de mi ira el infierno,
parir a todos los males
alimañas cargadas de miedos,
tristeza y malicia.
Quiero que flote la polvareda
en la fría corteza de arcilla,
danzando mota a mota
sobre la sombra del último día.
Sin recordar una nota,
una hora o una melodía.
Con la tormenta ya extinta:
vacía, salvo por la marea.
viernes, 2 de abril de 2021
2. Cénit
Bajo los pies
la arena que forma el camino,
la ausencia de voz y de ritmo,
calma al pie de la montaña
y la piel del revés.
Un paso más
y se abre, inmenso, el cielo.
Se vuelve escarpado y estrecho
el sendero, primera y última puerta
al Más Allá.
Retroceder
es caer al más profundo abismo,
flotar de nuevo en lago cristalino
y nadar en una honda alberca
hasta perecer.
Si has de seguir
te devorarán antiguos miedos
cantados por juglares, por aedos,
que te asaetan desde las almenas
de roca y marfil.
Al retornar
cientos son los deseos, los sueños,
que resuenan contra las aguas, perros
quejumbrosos de la vieja aldea
no dejan de aullar.
La exacta mitad
de un trayecto infinito, maldito,
entre los pulmones bien hendido,
más castigo que honorable tarea:
piernas, por favor, aguantad.
No pienso rendirme ahora,
a la luna voy a destronar.